sábado, 25 de mayo de 2013

Me impacienta la normalidad.



Tienes una rara enfermedad, con pequeños deslices no catalogados, lo que está bien y lo que está mal, eso te cuesta diferenciar. El gobierno te persigue y la sociedad te rechaza. Haces lo que te da la gana, mientras todas las miradas te matan.
Te das cuenta, digamos que lo pillas, digamos que te enteras ya. A diferencia de los demás, tienes control sobre la mayoría de cosas que haces, dejas de ser un cuerpo, eres un alma, dejas de ser un cuerpo robótico, ahora eres un alma caprichosa, con libertad de hacer lo que le da la gana.
Te impacienta la normalidad, se podría decir que te dan arcadas de verlos a todos igual.
Sólo ves ese momento para salir corriendo de aquí y unirte a la minoría, que la verdad, si mueres por el camino, no te importaría.
No te van las masas, no te dejas controlar, no te gustan las rutinas, no vives nada igual.

jueves, 16 de mayo de 2013

Cara o cruz.


Cuando tengas dos opciones y tengas que elegir, simplemente lanza una moneda al aire. 
Es un truco que siempre funciona; no solo porque por fuerza te saca de dudas, sino porque en ese breve instante en el que la moneda está en el aire... de repente sabes que cara quieres que salga.

sábado, 11 de mayo de 2013

Vamonos.


Desde luego el que la sigue la consigue y el que no quiso cuando pudo no podrá cuando quiera. Hay veces que no hay que tener miedo, solo dejarse llevar, que si te equivocas pagas, pero podrás volver a empezar, pero siempre siempre siempre siempre es bueno arriesgar.
He cometido el mayor de los pecados: Tener miedo por que volviera a ocurrirme algo que hace mucho tiempo ha pasado.

Así es, y no hay excepciones.



En mi opinión el mayor problema de la humanidad es que todo lo que tocamos lo rompemos, con la excusa de que nosotros lo hemos fabricado. Les puedo asegurar que las relaciones no se fabrican y las promesas no son juguetes, lo material se ha inventado para ser usado no amado.